La operación "Rápido y Furioso", como se le conoce, fue "una falla colosal de liderazgo", afirmo Peter Forcelli, un supervisor de la oficina de la ATF en Phoenix.
La operación se enfoco a seguir a compradores al menudeo, o personas que legalmente compraron armas y que fueron transferidas a criminales y destinadas a México. En vez de interceptar las armas cuando cambiaron de manos, la operación Rápido y Furioso pidió a los agentes que dejaran entrar las armas a México.
La idea consistía en que una vez que las armas entraran a México, fueran rastreadas a los compradores, para arrestar a la red completa de traficantes. Sin embargo, permitir que las armas llegaran a manos equivocadas fue un error de calculo mortal que resulto en muchas muertes previsibles, incluyendo la de varios agentes norteamericanos.
Funcionarios estadounidenses no informaron a sus contrapartes mexicanos acerca de un controvertido programa de trafico de armas, aun cuando un numero mayor de estas llagaban a manos de los carteles en México, reporto un comité del congreso de los Estados Unidos.
La oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de fuego y Explosivos (ATF) tampoco dio a conocer detalles claves de la operación Rápido y Furioso a agentes con sede en la Ciudad de México cuando se activaron las alarmas. El programa Rápido y Furioso fue objeto de investigación del congreso de los E.U., cuando dos armas de la operación fueron encontradas en la escena del asesinato de dos agentes fronterizos de Arizona. Mas de 2,500 armas pudieron haber llegado a manos de integrantes de los carteles de la droga como resultado del programa, que incluyo que agentes del ATF permitieran el libre transito de armas a México.
Los directivos de la ATF supuestamente temieron que alguna fuga de información comprometiera la investigación, indica el reporte, escrito por el comité de supervisión y de reforma del gobierno de la cámara de representantes. La negativa de los directivos de la ATF y del Departamento de Justicia de compartir información pudo haber prolongado el flujo de armas desde los compradores hasta México.
Carlos Canino, el agregado de la ATF en la ciudad de México, informo al Fiscal general de los E.U. de la investigación después de conocerse que las armas del programa fueron utilizadas para matar al hermano de la Procuradora de justicia del estado de Chihuahua.
La controversia por "Rápido y Furioso" surgió en diciembre de 2010 después de que dos rifles de asalto comprados por una persona que ahora esta presa fueron utilizados en un tiroteo en Arizona donde murió el agente de la patrulla fronteriza Brian Terry.
Posteriormente, en febrero de 2011, fue asesinado en una carretera de San Luis Potosí, México, el agente norteamericano Jaime Zapata, de la oficina de Inmigración y Aduanas, se trasladaba de la ciudad de México a la ciudad de Monterrey. Su compañero Víctor Avila, resulto gravemente herido. La muerte de Zapata arrojo mas datos de la operación al comprobarse que había sido muerto por un arma que formaba parte del programa Rápido y Furioso. A partir de entonces han aparecido un gran numero de armas de este programa en muchas escenas de crímenes, tanto en E.U. como en México, (incluso algunas en Colombia y otros países de centro y sudamerica), por ejemplo: las armas involucradas en la masacre de 18 jóvenes (entre 15 y 20 años) en lomas de Salvacar, en Juárez, México; así como la muerte de tres funcionarios del consulado de E.U. en Ciudad Juárez, Chih. Inclusive, en los mas recientes acontecimientos: en la recaptura del chapo Guzmán, en Los Mochis, Sinaloa, el pasado 8 de enero; fue encontrado (en la casa donde fue detenido) un fusil Barrett calibre .50 que fue rastreado por la ATF y se comprobó que fue una de las 2,500 armas del programa Rápido y Furioso.
Fuentes: Univisión, The Washington Post, Los Angeles Times, Reforma, El Paso Times, El diario de Juárez, El universal, El norte, Proceso y The New york Times.
Editado por: LOBOROJO
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