
El tropezón del rey Juan Carlos I en Botsuana ha permitido que el común de los mortales sepa cuánto se paga por cazar un elefante (45.000 euros) o cuánto cuesta una operación de cadera (4.500 euros). Ahora, además, podemos saber cuánto cuestan las armas que usa el monarca. El rey dispone de tres escopetas Fabbri, que están consideradas como las más perfectas y precisas que se fabrican y que cuestan alrededor de 100.000 euros cada una. Aunque, eso sí, para bien o para mal, al igual que el safari africano, el monarca no ha pagado ninguna de ellas. Todas son regalos de empresarios y compañeros de cacería.


A sus 83 años, el abuelo Ivo sigue llegando a las ocho de la mañana a la fábrica. Su vida son las máquinas, meterse en sus entrañas. "Mi padre es subversivo. Todo lo retoca y readapta", cuenta su único hijo, Tullio, de 50 años y más dotado para la electrónica (siendo adolescente supo programar un rudimentario sistema informático que implantaron en la empresa). Mano a mano, producen a los pies de los Alpes italianos, en un pequeño pueblo cercano a Brescia, unas de las escopetas de mayor prestigio de todo el planeta, las Fabbri, como su apellido.


El rey don Juan Carlos y Steven Spielberg, entre otros, tienen una; y no son muchos más los privilegiados, pues no se hacen más de 25 anuales. Así, la lista de espera se alarga de tres a cinco años. "Son como un vestido", explica Tullio. "Al cliente le pedimos que venga aquí para tomarle las medidas y asesorarle. Contamos en la plantilla con un doble campeón del mundo de tiro al plato que le acompaña a cazar y le ayuda a corregir posturas, así como a elegir el arma que mejor se adapte a su fisonomía". La filosofía es conseguir que ésta se convierta en una extensión del brazo; y para lograrlo hay que calcular al milímetro la longitud del mismo, el ángulo de apoyo de la culata, el de los codos al flexionarse, etcétera.

En Fabbri se hacen tres modelos en diversos calibres. Pueden ser en madera de nogal y acero (que es el primero que salió a la venta, cuando la firma se funda en 1965), la versión en acero inoxidable, que Ivo inventó en 1998, y la hecha en aleación de titanio, que llegó tres años después y que, en realidad, es una evolución de la segunda (sólo se hace en este material la parte central; si no, la escopeta resultaría demasiado liviana).


Son precisamente tres de este tipo las que adquirió el rey Don Juan Carlos, que se desplazó dos veces a Fabbri para que le tomaran medidas.
Las Fabbri están consideradas las escopetas más fiables y precisas del mundo, y no es para menos. Cada una de ellas necesita un año para ser elaborada, sólo se fabrican 20 anualmente y la lista de espera para hacerse con un ejemplar es de tres años. En la armería se fabrican absolutamente todas las piezas de estas armas, incluso los tornillos que las ensamblan. Entre los privilegiados que pueden disparar una Fabbri están Steven Spielberg -que practica una complicada modalidad de tiro al plato-, Eric Clapton y el rey de España.

En el mundo no se encuentra nada igual. "Los cañones de acero inoxidable permiten salir a cazar con lluvia sin preocuparse de que la humedad los dañe. Tenemos muchos pedidos de Reino Unido", detalla el experto transalpino. "Dada su ligereza, la escopeta de titanio está más pensada para gente mayor y para mujeres. Si una de acero clásico pesa 3.2 kg y la de acero inoxidable, de 2.8 a 3, ésta sólo 2.5. Además, apenas tienen retroceso y resultan muy resistentes. Es el material con el que se hacen las naves de la NASA".
"Nos han dado armas de más de 20 años para restaurarlas y siempre vemos que su mecanismo funciona como el primer día. Nos limitamos a pulir maderas", comenta.


Este nivel de perfeccionismo explica que el precio de las escopetas esté entre los 100.000 y los 125.000 €. No incluye el grabado porque, si bien en Fabbri se diseña y ensambla hasta el último tornillo, esta labor es externa. Si la primera etapa habrá llevado cerca de un año, ahora tocará esperar entre los tres meses de un trabajo de cerca de 5.000 €; y los dos y hasta tres años de uno de 40.000 €. Es la suma perfecta de tradición y modernidad.

Fuentes: Fabbri, Escopetas-Fabbri, Fabbri2
Editado por: goliver
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